Para Van Dijk, la coherencia lineal se instaura a partir de las relaciones semánticas entre oraciones individuales. La oración (concepto sintáctico) expresa una proposición (dentro de una semántica intensional) que denota un hecho (dentro de una semántica extensional). El criterio básico de coherencia lineal es referencial: las proposiciones están relacionadas si los hechos denotados por ellas están relacionados. Como su criterio semántico es de base lógica, Van Dijk establece una clasificación de hechos condicionalmente relacionados y hechos no condicionalmente relacionados. Van Dijk destaca la necesidad de especificar las condiciones generales para estos vínculos. Según el autor, existen condiciones de hechos posibles, probables y necesarias, así como consecuencias posibles, probables o necesarias de hechos condicionantes. Sin embargo, se trata de un tema difícil. En algunos casos, la relación resulta clara, como en el siguiente ejemplo:
• Hubo tempestad. Los caminos están cubiertos de hojas y ramas.
En este ejemplo, el primer hecho (un evento) aparece como la causa del segundo. Pero, como señala el mismo Van Dijk, hay relaciones más débiles, como la que se presenta en este otro ejemplo:
• Me acosté y me caí dormido.
En este ejemplo, el hecho denotado por la segunda oración no aparece como consecuencia necesaria, sino tan sólo posible o probable.
En estos dos ejemplos se trata de relaciones condicionales. Pero Van Dijk hace notar que existen textos que denotan hechos no condicionalmente relacionados como, por ejemplo, en el siguiente caso:
• Nosotros fuimos al zoológico y ellos fueron a la playa.
Las relaciones entre los hechos denotados por las oraciones del ejemplo (3) muestran ser de un tipo diferente. Por un lado, las circunstancias de las acciones son idénticas. Como dice Van Dijk, en los dos casos son acciones de “salir” (“divertirse”) en una situación específica (por ejemplo, en un día caluroso). Los agentes están relacionados de algún modo (por lo menos, en el sentido de conocerse). Pero lo que señala la relación, según el autor, es la existencia de una tercera proposición implícita que especifica la condición común, como, por ejemplo: “Ayer fue un día agradable.” Este denominador común es el que permite establecer la coherencia del texto. Lo interesante es que esta proposición puede aparecer antes en el texto. De lo anterior, se deriva un tema importante para la comprensión de lectura: el de las llamadas presuposiciones , es decir, de aquellos hechos conocidos (a través del texto o por el contexto) que una oración que denota un hecho nuevo presupone. Van Dijk ofrece el siguiente ejemplo:
• El león que fotografié murió hoy en el zoológico.
Según el autor, en esta oración ha sido incrustada la oración subordinada que fotografié con el objeto de identificar el león a partir de un hecho que el hablante supone que el oyente ya conoce.
Por lo tanto, la coherencia lineal de un texto dependerá de la coherencia lineal de los hechos denotados por las proposiciones de las oraciones. Las relaciones que se descubren en este nivel irán configurando lo que Van Dijk llama microestructuras . El criterio referencial tiene consecuencias importantes, puesto que permite explicar la coherencia en términos de mundo posible . Para Van Dijk , un mundo posible es un conjunto de hechos particulares. Pero como hay diversos mundos posibles, la coherencia se convierte en un concepto relativo:
Por lo general, si decimos de una oración que es verdadera, con esto queremos decir que denota un hecho en nuestro propio mundo posible. Algunas oraciones también pueden ser verdaderas con respecto a otros mundos posibles, por ejemplo, los de nuestros sueños o de un cuento. Asimismo, es posible especificar en qué punto o intervalo de tiempo una oración es verdadera, haciendo así referencia a un hecho que existe en un mundo en un momento particular; tal fragmento del mundo-tiempo se llama frecuentemente una situación.”
Algunas de las relaciones entre hechos dentro de un mundo posible se expresan, en la estructura de superficie, por medio de conectivos. Por supuesto que esta situación dependerá de cada texto en particular. Cuando la conexión semántica no aparezca expresada en la estructura de superficie, el individuo (lector/oyente) podrá deducir tales relaciones a partir de su conocimiento del mundo.
La coherencia global y las macroestructuras
Ahora bien, para que un discurso sea coherente no basta con que lo sea sólo en un nivel lineal; es preciso, además, que lo sea en un nivel global. El reconocimiento de la coherencia global de un discurso se fundamenta en la posibilidad de asignarle un tema o asunto . Según Van Dijk, es posible expresar el tema o asunto de un discurso a través de una macroproposición que englobaría un conjunto de proposiciones. Las macroproposiciones expresarían una estructura semántica mayor, que el autor llama macroestructuras , en oposición a las microestructuras identificadas en el nivel de la coherencia lineal. La relación entre microestructuras y macroestructuras sería la de una proyección semántica . A partir de esta relación el autor señala que es necesario postular reglas para la proyección semántica que vinculen las proposiciones de las microestructuras con las de las macroestructuras. A tales reglas propone llamarlas Macrorreglas , porque producen las macroestructuras. La función de las macrorreglas es la de transformar la información. Dicha información corresponde, en términos generales, a reducción de información, pues reducen una secuencia de varias proposiciones .
Macrorreglas
• Supresión: Dada una secuencia de proposiciones, se suprimen todas las que no sean presuposiciones de las proposiciones subsiguientes de la secuencia.
A modo de ejemplo, Van Dijk aplica esta macrorregla al siguiente texto:
• María estaba jugando con su nueva pelota roja en el jardín de la casa.
A pesar de que su madre le había advertido de que tuviera cuidado, comenzó a tirar la pelota contra la pared de la casa. De repente, la pelota pegó en una de las ventanas; el vidrio se rompió y los pedacitos de vidrio se dispersaron por todas partes...
La aplicación de la primera macrorregla la hace el autor sobre la primera oración. De acuerdo con esta macrorregla, Van Dijk observa que es posible suprimir las siguientes proposiciones: la pelota era nueva , la pelota era roja y, tal vez, (ella jugaba) en el jardín . Todas estas informaciones no son necesarias para interpretar lo que sigue del relato. La única proposición importante y que no se puede suprimir (porque el resto del discurso presupone esta información) es María estaba jugando con su pelota .
Tres observaciones importantes hace Van Dijk a propósito de la primera macrorregla: en primer lugar, que la supresión deja sólo las proposiciones que son textualmente pertinentes, es decir, las que desempeñan un papel en la interpretación de otras oraciones; en segundo lugar, que las proposiciones suprimidas denotan lo que generalmente se llaman los detalles del cuento; en tercer lugar, que el tipo de discurso determina la aplicación de las macrorreglas, pues lo que en un tipo de discurso resulta ser un detalle, en otro puede ser importante.
• Generalización : Dada una secuencia de proposiciones, se hace una proposición que contenga un concepto derivado de los conceptos de la secuencia de proposiciones, y la proposición así construida sustituye a la secuencia original.
A modo de ejemplo, Van Dijk aplica esta macrorregla al siguiente texto:
• Esa tarde no hubo clase, así es que jugaron en el jardín. Mientras María rebotaba una pelota contra una pared y Pedro jugaba con unos muñecos en el rincón, Juanito construía torres de arena...
La aplicación de la segunda macrorregla la realiza Van Dijk esta vez sobre todo el texto:
... en vez de describir a cada niño individualmente, podemos hablar sencillamente de “los niños”; en vez de nombrar todas sus diferentes acciones, podemos decir que “jugaban” o llamar “juguetes” a las cosas con las que jugaban. Esta posibilidad de emplear nombres como superconjuntos de varios conjuntos nos permite derivar del ejemplo (2) una proposición como “los niños
jugaban en el jardín.”
Dos observaciones importantes hace Van Dijk a propósito de la segunda macrorregla: en primer lugar, que el tipo de proposición construida a partir de una generalización puede aparecer en el texto mismo. En tal caso, dichas expresiones u oraciones se llaman temáticas o tópicas ; en segundo lugar, que la generalización debe ser mínima, es decir, que no se tomen conceptos generales arbitrariamente, sino superconjuntos inmediatos. Por lo tanto, en este ejemplo sería incorrecto construir la proposición algunas personas hacían algo .
Otra observación de especial interés, pero esta vez sobre las dos primeras macrorreglas, es que la información eliminada en ambos casos es irrecuperable :
Es imposible aplicar las macrorreglas al revés para llegar de nuevo a las mismas proposiciones. En otras palabras, las macroestructuras obtenidas de esta manera definen un “conjunto de discursos posibles”, es decir, de todos los discursos que tienen un mismo tema global.
• Construcción : Dada una secuencia de proposiciones, se hace una proposición que denote el mismo hecho denotado por la totalidad de la secuencia de proposiciones, y se sustituye la secuencia original por la nueva proposición.
A modo de ejemplo, Van Dijk aplica esta macrorregla al siguiente texto:
• Por fin Laura iba a hacer un viaje en avión. Tomaron un taxi hasta el aeropuerto donde, después de enseñar sus boletos, pasaron al mostrador para entregar sus maletas. Tuvieron que pasar la puerta de seguridad y caminar hasta la sala de espera, antes de abordar el avión...
La aplicación de la tercera macrorregla la realiza Van Dijk sobre el texto ejemplo (3), a partir de la segunda oración hasta el final. La proposición que se deriva de la aplicación corresponde a “Laura tomó el avión”. La información eliminada está implícitamente en la proposición construida, ya que esa información pertenece a nuestro conocimiento del mundo:
Sabemos que la acción de tomar un avión implica la de ir al aeropuerto, mostrar los boletos, etc. Las proposiciones que denotan estas acciones, entonces, pueden ser sustituidas todas por una acción más global.
Dos observaciones importantes hace Van Dijk a propósito de la tercera macrorregla: en primer lugar, que la información eliminada (los detalles) puede ser recuperada, porque esta información pertenece a nuestro conocimiento del mundo; en segundo lugar, que sólo se puede eliminar aquello que pertenece convencionalmente a los episodios.
Finalmente, Van Dijk realiza tres observaciones generales sobre las macrorreglas:
a) en la medida en que las macrorreglas generan proposiciones, las relaciones entre éstas deben satisfacer también las condiciones normales de coherencia local (enlaces condicionales entre hechos, relaciones de identidad u otras relaciones entre participantes, etc.);
b) si es posible construir proposiciones más generales, se pueden volver a aplicar las macrorreglas y construir una macroestructura de más alto nivel;
c) en principio, no existe un orden en la aplicación de las macrorreglas, pero quizás lo lógico sería aplicar primero la “construcción”, ya que esta regla establece el tipo de episodio pertinente en ese momento; a continuación, vendría la “supresión”, que eliminaría los detalles no pertinentes textualmente; y, por último, la “generalización”, que permite juntar diferentes hechos como un todo .
En síntesis, la aplicación de las macrorreglas nos permite construir macroproposiciones que den cuenta del tema o asunto del discurso. De todas maneras, no hay que olvidar - como ya se señaló más arriba – que el concepto de macroproposición es relativo: dependiendo del nivel de aplicación, las macroproposiciones darán cuenta de temas o asuntos parciales del discurso, o bien, del tema global.
Por lo general, la coherencia (tanto lineal como global) se manifiesta en la estructura de superficie del discurso, es decir, en el texto, a través del uso de conectores o marcadores lingüísticos (conocidos también como ”ilativos”). Sin embargo, existen ciertos tipos de textos en que las relaciones entre proposiciones no aparecen textualizadas ; de ahí, entonces, la importancia tanto del concepto de macroestructura como de las macrorreglas.
La superestructura es la forma global de un texto y las relaciones jerárquicas entre sus párrafos. Esta estructura, se describe en términos de categorías y de reglas de formación. Las categorías implican el orden en que el texto se presenta y las reglas, determinan ese orden. Con base en esto, se les llama superestructuras a las estructuras globales que caracterizan el tipo de un texto, o sea, una superestructura es un tipo de forma del texto, cuyo objetivo es el tema, el cual identificaremos como macroestructura o lo que es lo mismo, el contenido del texto.
De forma general, una superestructura, será un tipo de esquema abstracto que establece el orden global de un texto y que se compone de una serie de categorías cuyas posibilidades de combinación se basan en reglas convencionales.
La superestructura por tanto, solo organiza el texto por medio de su macroestructura, el contenido de las categorías superestructurales debe consistir en macroestructuras.
Mientras la macroestructura organiza únicamente el contenido global del texto, una superestructura esquemática, ordenará las macroproposiciones y determinará si el texto es o no completo, o sea, que la superestructura controla la formación de las macroproposiciones.
Las superestructuras y las macroestructuras tienen una propiedad común; no se definen con relación a oraciones o secuencias aisladas de un texto, sino para el texto en su conjunto o para determinados fragmentos de éste, por eso es que se habla de estructuras globales.
Las superestructuras no solo permiten reconocer la estructura más especial y global, sino que a la vez determinan el orden global de las partes del texto, por lo que la propia superestructura debe componerse de determinadas unidades de una categoría específica que están vinculadas con esas partes del texto previamente ordenadas. Una superestructura se plasma en la estructura del texto, es decir, que la superestructura es una especie de esquema al que el texto se adapta.
Una superestructura debe existir necesariamente en cada texto como ocurre con las macroestructuras en un texto coherente, sin embargo, las macroestructuras semánticas son indispensables para que se produzcan conexiones lineales entre oraciones y para la comprensión del tema de un texto. Las macroestructuras semánticas como tales, no son convencionales, aún cuando existan algunas limitaciones sobre lo que se puede o no decir en unos contextos determinados. Las superestructuras, por el contrario se comportan a este respecto más bien como estructuras sintácticas esto quiere decir que se basan en reglas convencionales y no necesariamente todo tipo de texto posible tiene que estar convencionalizado en el nivel de las superestructuras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario